El dólar tiene que ser compatible con un nivel de financiamiento más bajo

Llegaron tarde. Aunque es cierto que algunos economistas habían expresado sus dudas sobre que el Gobierno llevaría la inflación a un dígito en un mandato. Hoy los analistas se encolumnan detrás de la confesión económica del verano (que el público de a pie sabe hace mucho): bajar la inflación en la Argentina llevará años. Así lo dijeron esta semana el 1 y el 2 del Banco Central, Guido Sandleris y Gustavo Cañonero, y hasta el FMI. Coinciden con esa visión varios ministros de la conducción económica. Incluso, el presidente Mauricio Macri, en una entrevista en diciembre durante el G-20, dejó entrever algo así cuando le preguntaron sobre la inflación: “No quiero hacer más pronósticos, me comprometo a bajarla”, dijo a Bloomberg TV. Desde que asumió, había dicho que llegaría a la meta de un dígito en 2019.

Tras el intento fallido del Gobierno de bajar la inflación, ¿qué hace pensar ahora que llevará muchos años? Hay muchos países, como Chile, Colombia y Bolivia, que lo consiguieron en al menos 7 años.
Hay distintas interpretaciones sobre esto y los economistas reconocen que el terreno es materia de debate. Clarín recopiló cuatro lecturas posibles.

Una dice que la velocidad crucero de 25% que traía la inflación en la última década será ahora más alta por culpa del shock de 2018 que llevó el IPC a 47,6%. Una vez que se disipe el impacto, Argentina quedará con un nivel de inflación más elevado. “Este año será 30% o más”, estima Luciano Cohan, director de Elypsis. Otra, hace hincapié en la credibilidad y expectativas sobre el Central. “Esto es clave y no se cumple esa condición”, dice Constantino Hevia, profesor de UTDT. La tercera reza que la tasa no bajará hasta no equilibrar las cuentas fiscales. “Es la condición para ganarle definitivamente a la inflación”, dice Ramiro Castiñeira, de Econométrica, quien aclara que no basta con alcanzar el equilibrio primario. Deben computarse también los pagos de la deuda. Finalmente, una cuarta agrega que hay que poner en caja, además de las cuentas fiscales, también el tipo de cambio real. “El dólar tiene que ser compatible con un nivel de financiamiento más bajo”, dice Martín Rapetti, de Cippec.

Clarín conversó con estos cuatro economistas. Acá, va un resumen: • Cohan: “Después del pico de inflación de 2018 a 47,6%, Argentina regresará a una tasa crucero de inflación más alta que el 25% de los últimos 10 años. Estimamos 30% o más en 2019.
En el primer cuatrimestre veremos inflaciones mensuales más cerca de 3% que de 2%, con lo cual en abril completaremos un año de inflaciones de alrededor de 3%. Las subas de tarifas meterán presión sobre la inflación núcleo y seguramente eso tenga en mente el BCRA”.

• Hevia: “Pasar del anterior esquema a este es un giro. Igual, creo que cinco años para bajar la inflación entra dentro de la categoría “muchos años”. La forma en que sería posible hacerlo rápido sería con un cambio rotundo en la formación de las expectativas inflacionarias. Pero es necesario mucha credibilidad en el Central y consenso en el camino a seguir. Creo que no se cumplen ninguna de las dos condiciones; por eso creo que van a pasar varios años hasta que logremos una inflación baja de un dígito”.

• Castiñeira: “¿Lo que dijo el Central de que llevará mucho tiempo en bajar la inflación? Ni ellos ni yo tenemos la respuesta. Solo sé que se necesita equilibrio fiscal para no tentarse en prender la maquinita.

• Rapetti: “Coincido con lo que dijo el BCRA. No sabemos cuántos años serán pero sí que el camino es algo más que cerrar el déficit fiscal. Se trata de estabilizar el precio del dólar, descontando la inflación, en un nivel más alto y que sea compatible con un cuadro de financiamiento externo que será más bajo al que tuvo Macri al asumir su mandato en 2015”.
El Gobierno presentó en enero de 2016 un sendero exigente de metas de inflación (ver infografía). “Los números son de la Presidencia y no de un ministerio”, dijo Prat-Gay aquel día. El Central adoptó un esquema para cumplir a rajatabla ese descenso en tiempo. El FMI, por entonces, respondió a través de su artículo IV que en otros países la desinflación desde niveles del 25%-30% había llevado más tiempo (ver infografía). Argentina no parece ser la excepción.

Autor


Martín Rapetti

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