Hay que complementar el análisis de la evolución de la inversión en educación con el de su calidad y eficiencia

El dinero que, mes a mes, llega a las aulas y al conjunto del sistema educativo argentino surge de dos grandes fuentes: el Estado nacional y cada uno de los estados provinciales que son quienes –desde los noventa- administran las escuelas. Los fríos números indican que, desde hace tres años, el monto de esa gran torta viene decayendo. Lo muestra un nuevo informe del Cippec, con los últimos datos oficiales: ahí se ve que la inversión educativa nacional cayó 9% entre 2016 y 2018; y si se cumple el Presupuesto 2019 –afirman- el retroceso llegará a19%. La inversión provincial, en tanto, cayó 8% entre 2015 y 2016, se estancó entre 2016 y 2017, y se estima que retrocedió en 2018 por la caída del salario real docente, que representa el 90% del gasto educativo provincial (no hay datos de 2018).

Desde el Gobierno no cuestionan los datos, pero sí la forma en que los agrupa Cippec y la interpretación que hacen en el informe. Consultados por Clarín, afirman que con la actual administración “hubo un cambio en la política de coparticipación, y ahora las provincias están recibiendo 15 puntos más” y que, entonces, “puede ser razonable que baje la inversión desde Nación pero no en las provincias que ahora tienen más recursos para educación y más autonomía para tomar decisiones”.

En números absolutos, el informe muestra que, entre 2016 y 2018, la inversión educativa nacional cayó de $181.000 millones a $165.000millones (a valores de 2018, es decir, quitando el efecto de la inflación). “Si se ejecuta el Presupuesto de 2019 tal como está previsto, el retroceso entre 2016 y 2019 será de $34.700 millones”, indica. El estudio destaca que el estancamiento de la inversión educativa arrancó en 2011, “con oscilaciones que acompañan el ciclo económico”. Y que “en este último período se registra un salto en el año 2015, coincidente con un año electoral”.

Con respecto a la inversión provincial, entre 2016 y 2017 (último dato disponible) se pasó de $590.000 millones a $589.000 millones.

El informe de tiene un apartado especial sobre el salario docente. Allí se puede ver que el poder adquisitivo descendió 14% entre 2015 y 2018, y con fuertes disparidades entre las provincias. Quizás uno de los datos más llamativos es que hay una brecha de 2,1 veces entre la provincia que más pagó y la que menos en 2018.

“Una descomposición de la evolución reciente muestra que se realizó un importante esfuerzo por proteger la inversión salarial frente a la inflación, en especial en el nivel universitario”, dijo a Clarín Alejandra Cardini, directora del programa de Educación de Cippec. “En paralelo, hubo caídas en varios programas específicos, como los de educación digital, infraestructura y las becas Progresar. Aquí hay que tomar en cuenta los cambios en los modelos de intervención que se hicieron en cada programa, y de sus criterios de asignación. Es importante complementar el análisis de la evolución de la magnitud de la inversión con preguntas sobre su calidad y eficiencia (algo que excede al documento)”, agregó.

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Por ley, desde 2010 la inversión consolidada en Educación (Nación más provincias) tiene que ser del 6% del PBI. El informe del Cippec muestra que sólo se llegó a esa cifra en 2015, aunque ahora estamos cerca: en 5,65% del PBI.

Es interesante constatar cómo ante la caída del PBI, sube el porcentaje del gasto educativo. Este fenómeno se registró en 2012, 2014 y 2016, muestra el informe. En 2017, con un crecimiento de la economía del 3,6%, en cambio, la inversión educativa se contrajo y fue un 5,69% del PBI, explican los autores. Y ponen en cuestión la validez de atar la inversión educativa a una variable como el PBI.

Ahora se invierte mejor, la respuesta del Gobierno

Manuel Vidal, jefe de Gabinete del Ministerio de Educación nacional cuestionó la forma en que Cippec interpreta los datos.

“No considera que hubo un cambio en la política de coparticipación, y ahora las provincias reciben 15 puntos más. También hay que observar cómo se invierte. Hasta 2015, las transferencias a las provincias se hacían sin que se rindieran cuentas. Ahora hay un sistema de control de gastos. Para programas previos al 2015, como Conectar Igualdad, Cippec consideran fondos extrapresupuestarios, de la Anses. Pero no hace lo mismo con programas actuales como Aprender Conectados, que recibió este año $ 2.000 millones del Enacom”.

Autor


Alejandra Cardini

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