Presupuesto 2019: déficit primario cero y el replanteo de la estrategia fiscal

Este informe da continuidad a la serie sobre cada proyecto de Ley de Presupuesto de la administración pública nacional que CIPPEC publica anualmente.  El documento analiza los detalles de la nueva estrategia fiscal ante el cambio del contexto macroeconómico que plantea el proyecto de Ley de Presupuesto para 2019 y complementa la información allí presentada con los anuncios de política vinculados con el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

El proyecto de Presupuesto de 2019 redefine la política fiscal que venía sosteniendo el gobierno: acelera la corrección del déficit al incrementar la presión tributaria y al recortar los gastos de capital. Por otra parte, prevé una reactivación de las exportaciones netas que redundaría en una recuperación de la economía a partir de inicios de 2019.

El esquema propuesto supone un ajuste de 3,1% del PBI para alcanzar el equilibrio primario de las cuentas públicas. Partiendo de un déficit de 2,6% del PBI para el cierre de este año, la continuidad de medidas como la reforma tributaria de 2017, los acuerdos con las provincias y la aplicación de las fórmulas de movilidad implican un incremento del déficit en 0,5% del PBI.

¿Cómo se prevé lograr el déficit primario cero?

Para alcanzar el equilibrio se conjugan una serie de medidas de gasto e ingresos: se prevé un recorte de gastos primarios mayor al realizado en años anteriores y otras medidas que incrementarán la presión tributaria para aumentar los recursos fiscales.

Estrategia fiscal 2019: principales medidas como porcentaje del PBI
Gráfico sobre las principales medidas como porcentaje del PBI sobre la Estrategia fiscal 2019

Fuente: Elaboración propia en base al proyecto de Ley de Presupuesto de la administración pública nacional para 2019

 

El aumento de los ingresos del gobierno nacional resultaría de una suba de 0,8% en los ingresos tributarios y de 0,5% en los de capital (usando el Fondo de Garantía de Sustentabilidad), con una caída de 0,1% en los otros ingresos corrientes. Las retenciones a casi toda la canasta exportadora, que seguirán vigentes en 2019, aportarían 1,2% del PBI.

Por el lado de los gastos, el recorte de la inversión superará el 40% en términos reales, mientras que las erogaciones corrientes se reducirán en alrededor de 10%.  En total, el recorte de subsidios comprenderá el 0,7% del PBI. En materia energética, esto significará un mayor aumento de tarifas aunque la caída del sendero del precio de gas en boca de pozo podría moderar el aumento. En cuanto a los subsidios al transporte, el proyecto supone que la cuenta será atendida por las provincias, de la misma forma que la tarifa social de electricidad. Por su parte, la reducción de la inversión (0,5% PBI) se repartirá en recortes a obras vinculadas a energía y transporte de magnitud similar.

Ingreso total y gasto primario del Sector Público Nacional (SPN) como porcentaje del PBI (2009-2019)
Gráfico sobre el ingreso total y gasto público del Sector Público Nacional, como porcentaje del PBI. Período del 2009 al 2019

Fuente: Elaboración propia en base al proyecto de Ley de Presupuesto de la administración pública nacional para 2019 y al Ministerio de Hacienda y Finanzas

 

Nota: Ingresos, gastos primarios y resultado se construyen siguiendo la metodología de 2017 del entonces Ministerio de Hacienda. Los valores para el período 2009-14 son estimaciones propias.

El Mensaje del Proyecto de Presupuesto de 2019 también prevé que las provincias mantengan el ritmo de obra pública. Agregado a esto, la ejecución exitosa de los proyectos de Participación Público – Privada (PPP) permitiría mantener los niveles de inversión pública consolidada.

En síntesis, el proyecto prevé un recorte de gastos (1,5% del PBI) y un aumento de recursos (1,2% PBI), es decir, mayor presión tributaria.

El escenario macro para 2019

El presupuesto prevé que la actividad siga cayendo hasta fin de año para recuperarse a comienzos de 2019.

Trayectoria del PBI (sin estacionalidad) en millones de pesos de 2004
Gráfico sobre la trayectoria del PBI (sin estacionalidad) en millones de pesos de 2004

Fuente: Elaboración propia en base a al proyecto de Ley de Presupuesto de la administración pública nacional para 2019

 

En el contexto de caída del consumo y la inversión, la reactivación de las exportaciones netas sería el motor de la recuperación de la economía a partir de inicios de 2019, luego de la recesión de 2018.

Las exportaciones crecerían 20,9% en términos reales en 2019. Esta expansión implicaría alcanzar un registro récord de la producción exportable, en un marco de escaso dinamismo del comercio internacional, tensiones comerciales e incertidumbres que afectan a Brasil, principal socio comercial del país.

¿Hay riesgos?

El Presupuesto está expuesto a diferentes riesgos. Los desvíos en las hipótesis de cálculo del nivel de actividad económica, la inflación, el tipo de cambio y los precios internacionales podrían afectar los resultados previstos. Por ejemplo, una caída del PBI superior a la prevista impactaría negativamente en la recaudación. También podría activar la cláusula del acuerdo con el FMI que permite aumentar el gasto de protección social.

El efecto final de estos desvíos podría conducir a una desmejora del balance primario. En cambio, los desvíos alcistas de la inflación mejorarían el resultado primario. En tanto, una eventual suba de los precios internacionales y del tipo de cambio tendrían un impacto neto bajo al afectar tanto ingresos (retenciones) como gastos (subsidios).

Otro riesgo proviene del esquema PPP, que podría derivar en mayores gastos en caso de expropiaciones, relocalización de instalaciones existentes, impactos ambientales, demoras imprevistas o la cancelación de un contrato. Los proyectos con contratos PPP también se ven afectados por la evolución del tipo de cambio real (vía la cotización de unidades UVA).

Economic Empowerment of Rural Women

To achieve the G20 member nation’s objective, both individually and collectively, of achieving growth that is strong, sustainable, balanced, and inclusive, it is critical to enact policies and design programs that target and empower the large population of rural women. Promoting rural women’s economic empowerment presents unique challenges that require multidimensional approaches to overcome. Evidence shows that narrow solutions, such as focusing on finance alone, are rarely effective (World Bank 2017). Empowering rural women economically will require at least as much investment in capacity building, institutions, and cultural change as much as in access to finance and markets. 

Task Force: Gender Economic Equity

Financial Inclusion for Women: A Way Forward

Despite the general progress made in terms of financial inclusion worldwide (there has been a nominal increase in the number of adults who have access to a bank account), the gender gap remains unaltered since 2011. In order to overcome the barriers faced by women to access and use financial services three sets of recommendations are proposed for G20 countries: 1) a set of cross cutting issues that are needed to support women’s financial inclusion, 2) measures to close the gender gap by supporting the inclusion of the financially excluded women -the unbanked-, 3) recommendations to support the development of women led business through their access to and use of financial services. These recommendations are framed under the understanding that social norms constrain women’s capacity to access and meaningfully use financial services. For financial inclusion to have an impact on women’s economic empowerment, livelihoods and broader welfare effects, these social norms need to be taken into account and acted upon. While social norms change is complex, financial services and products design and roll out can have a role to play.

Task Force: Gender Economic Equity

Gender Mainstreaming: A Strategic Approach

“Women make up a little over half the world’s population, but their contribution to measured economic activity, growth, and well-being is far below its potential, with serious macroeconomic consequences. …. The challenges of growth, job creation, and inclusion are closely intertwined.” [Elborgh-Woytek et al., 2013]

As a starting point, this brief recognizes the importance of gender equity for economic growth, societal well-being, and sustainable development. Moreover, the brief acknowledges that while women make up half of the world’s population, most policy, program and government initiatives affect women and men differently. To address gaps in policies, implementation and impacts the authors propose a strategic approach to gender mainstreaming that strengthens inclusive policy making by adding a gender lens and tools for assessing the impact of policies on women and other under-represented groups and targets the determinants of gender inequity, based on three pillars: systematic reviews of policies, laws and regulations that limit women’s economic activity; gender budgeting; and improving the quality of gender disaggregated data to support impact assessments, policy analyses, and advocacy.

The commitment of the Argentine presidency to fostering a gender mainstreaming strategy across the whole G20 agenda and boosting “women’s empowerment, the elimination of gender disparities in employment, science, technology and education, and protection from all forms of gender-based violence.” provides an opportunity for bringing this issue forward for the 2018 G20.

Task Force: Gender Economic Equity

The Imperative of Addressing Care Needs for G20 countries

This document outlines the position of a group of research and non-governmental organizations on care needs and care policies in the G20 countries. It provides a summary of why addressing care needs is fundamental for women’s economic empowerment and labour market participation and frames these policies in terms of protecting the right to care and be cared for. We call for more effort to recognize, reduce, redistribute and represent unpaid care work and to protect the rights of paid care workers. We provide a number of examples of successful policy and programme initiatives for G20 countries to consider expanding in their own domestic policy agenda as well as their development assistance to further women’s economic empowerment globally.

Task Force: Gender Economic Equity