La cuestión de género en el sistema previsional argentino


Publicado en junio de 2022

Los sistemas de previsión social tienen el objetivo de garantizar ingresos frente a la incapacidad de continuar con la actividad laboral en la vejez para todas las personas. Argentina ha avanzado considerablemente en la extensión de su cobertura, no obstante, su sistema presenta desafíos considerables en términos de adecuación y sustentabilidad. Entre ellos, se destaca como una de sus mayores deudas la persistencia de inequidades en las condiciones de acceso al sistema previsional y en los tipos de prestaciones que brinda a la población. Esto se torna particularmente evidente entre las mujeres, quienes presentan niveles de desigualdad mayores con respecto a sus pares varones en cuanto a las formas de acceder al sistema previsional.

Estas heterogeneidades encuentran su origen en dos fuentes: por un lado, las vinculadas con el diseño e implementación de normas y dispositivos previsionales, y, por el otro, las heredadas del mundo del trabajo, relacionadas con las trayectorias laborales de las personas durante su etapa económicamente activa.

Ambas fuentes, además, presentan aspectos intencionales y no intencionales en términos de diseño del sistema. Los primeros responden a definiciones explícitas sustentadas en una definición de género, como han sido las diferencias de acceso al sistema previsional entre varones y mujeres o la extensión de las moratorias para mujeres. En cambio, los no intencionales tienen consecuencias –no necesariamente deseadas– que se producen por las características sociales y económicas de la población. Tal es el caso de normas y reformas orientadas específicamente a sectores o tareas feminizadas, como son la docencia o las tareas de cuidado.

La experiencia latinoamericana –y en particular el caso de Argentina– de las reformas previsionales da cuenta de diversas medidas tomadas en los últimos años para equilibrar las inequidades entre varones y mujeres. Para el caso argentino, muestra de ello fue la introducción de prestaciones básicas y el reconocimiento de las tareas de cuidado al computar la cantidad de años de aportes, entre otras medidas: una iniciativa que se originó con el propósito de intentar compensar las desigualdades propias de las trayectorias laborales por medio del sistema previsional. Sin embargo, no es claro que el sistema previsional sea la mejor herramienta costo-efectiva para solucionar o compensar otras problemáticas.

La incorporación de normativas nuevas debería enmarcarse en un debate más general acerca del rol del sistema previsional como política pública y la necesidad de generar incentivos y oportunidades para aumentar la participación laboral y formalidad de las mujeres. Hoy persisten desigualdades por género en el sistema previsional, pero no son fácilmente eliminables: requieren de acción de política coordinada en el mercado de trabajo y el aspecto normativo.

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