La principal deuda es la falta de dispositivos provistos por el Estado para el trabajo remoto de la Alta Dirección Pública

Publicado en septiembre del 2020

Con el objetivo de analizar el trabajo remoto de la Alta Dirección Pública estatal se realizó una encuesta que arrojó que solo el 25% utiliza dispositivos provistos por el Estado. Diego Pando de UMET y Demian González de CIPPEC analizan los resultados.

Con el objetivo de analizar qué recursos impactan sobre el trabajo remoto en la Alta Dirección Pública, la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), junto al Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y al Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT) realizaron una encuesta con 280 directivos pertenecientes a la Administración Pública Nacional.

Infraestructura tecnológica, elementos normativos y reglamentarios, aspectos personales e individuales de los directivos y trabajadores a cargo fueron las dimensiones analizadas. Entre los resultados se destacaron la falta de capacitaciones y de provisión de dispositivos. “Llegamos al trabajo remoto por una emergencia sanitaria para la cual ningún Estado estaba preparado, tampoco el sector privado”, expresó Diego Pando, presidente de la Asociación Argentina de Estudios de Administración Pública y Director del Núcleo de Estudios en Gestión Pública de UMET, en diálogo con este medio.

El 45% de los directivos públicos pudo trabajar de forma remota, de ellos solo el 25% utiliza dispositivos provistos por el Estado. El 8% de los equipos fueron capacitados para esta nueva modalidad laboral y un 24% recibió preparación para la vuelta al trabajo presencial. El teletrabajo impactó en la distribución de las tareas del hogar. Los cuidados de personas ocupan en promedio una hora más que las tareas de mantenimiento del hogar y ambas insumen más tiempo en las mujeres.

“No se pueden explicar estas cuestiones críticas que aparecen en la encuesta vinculadas al aumento de la carga de trabajo, la superposición de tareas de cuidado y del hogar con el trabajo, las condiciones desiguales de acceso a la tecnología, el uso fundamentalmente de dispositivos propios y el bajo grado de capacitación para el trabajo remoto, sin considerar este contexto macro de emergencia sanitaria”, enfatizó Pando.

Hoy son 1400 los directivos públicos. Si estuvieran las designaciones realizadas, serían 2400. “Solo pudimos consultar a 280, de ese área esencial donde se conectan los equipos técnicos con la burocracia y con las voluntades políticas de los funcionarios públicos. Contra todo pronostico se adaptaron al trabajo de manera remota, esto es positivo ya que ninguno de los encuestados encontró obstáculos para llevar adelante los actos administrativos”, explicó Demian González coordinador de Gestión Pública de CIPPEC.

Para González hay dos deudas pendientes a resolver: los dispositivos y las capacitaciones. “Lo ideal sería que el empleador los provea. Esta es una de las primeras pautas. En cuanto a las capacitaciones, cursos para manejar herramientas y sistemas son fundamental para un buen funcionamiento de la gestión pública, pero el foco tiene que estar puesto en el desarrollo de habilidades blandas para coordinar equipos a la distancia”.

Otro elemento clave para entender mejor los resultados, siguiendo a Pando, “es la profesionalización de la función pública. La pandemia no encontró al empleo público en su mejor momento. Ello es particularmente relevante en el segmento directivo, caracterizado en su mayoría por las designaciones transitorias y las excepciones a los requisitos para ocupar esos cargos. Este problema que tiene su impacto en términos de conocimiento especializado, aprendizaje y memoria institucional, no es de ahora y ni siquiera es de la anterior gestión”.

Para finalizar, Pando reflexionó: “trabajar desde casa requiere un cambio en la forma de trabajo y no solo un cambio en el medio de comunicación. En este sentido, el trabajo remoto implica nuevas competencias individuales y colectivas para que sea efectivo”. Por otro lado, “si bien la equidad de las tareas corresponde al ámbito privado, se puede abordar con capacitaciones, consejos y recomendaciones. Esta diferencia de la dedicación de varones y mujeres es un punto para ver con lupa”, sumó González.

 

Autor


Demian González Chmielewski

Coordinador de Estado y Gobierno

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