Forbes Argentina, mayo de 2021
En esta entrevista que dio para la revista Forbes Argentina, Gala Díaz Langou, directora ejecutiva de CIPPEC, se centra en cómo discutir el largo plazo cuando lo urgente apremia y reflexiona sobre los problemas estructurales que atraviesa Argentina.
“Argentina atraviesa uno de los peores momentos de su historia en un contexto de inflexión para el mundo. En nuestro país hay problemas estructurales que no se resuelven únicamente desde el Estado. Es necesario que muchos factores y sectores intervengan. Por ejemplo, el sector privado, los movimientos sociales, los sindicatos y los medios”, afirma Díaz Langou. “Urge empezar a tener un intercambio mucho más fluido con estos actores, que van a ser cada vez más relevantes. La profesionalización de la política es otra de las cuestiones a encarar, así como la discusión sobre el cambio tecnológico. La cuarta revolución industrial está muy lejos de las políticas públicas”.
En cuanto a qué dejó al descubierto la pandemia en términos de desigualdad, “en los últimos 30 años siempre tuvimos un piso de 25 o 30% de la población en situación de pobreza, pero la pandemia potenció las desigualdades. Se vieron muchísimo más afectados los hogares de ingresos más bajos, especialmente los que incluyen niños y niñas porque fueron los que más tuvieron que conciliar la suspensión de las clases presenciales con la necesidad de generar ingresos, en un contexto de destrucción de empleo. Se amplió la desigualdad incluso entre las personas en situación de pobreza y retrocedimos decenios en términos de igualdad de género”.
“La mayor carga que enfrentamos las mujeres en 2020 y lo que va de 2021, que implicó más tiempo y participación en las tareas de cuidado, redundó en interrupciones o salidas del mercado, y afectó en términos de trayectoria a futuro. Por eso, si tengo que elegir una punta por la que arrancar, digo construcción de espacios de cuidado para niños y niñas y ampliación de las jornadas educativas (…). La crianza va a ser uno de los vectores con los que romper la reproducción intergeneracional de la pobreza, y además es una política que ayuda a crear empleo. Las oportunidades para un verdadero desarrollo económico van de la mano de un desarrollo social inclusivo que hoy no se está dando“, indica Díaz Langou.
Por último, en referencia a los principales desafíos que enfrenta el país, es importante “lograr que las políticas y la inversión pública que se hace en la Argentina, que es sustantiva y está muy bien orientada, tengan un impacto y una eficiencia mucho mayores en mejorar la calidad de vida de las personas. Eso implica tener burocracias más profesionalizadas, mejor articulación entre las distintas políticas, una coordinación intersectorial e interjurisdiccional más fina. Son temas con poco rédito político e inversiones que se tienen que hacer hoy para ver el impacto dentro de 10 años, y eso va en contra de los incentivos que tienen nuestros mandatarios/as”.
“Desde CIPPEC intentamos poner sobre la mesa las discusiones difíciles, tratamos de anticipar el mediano y largo plazo, salir de la coyuntura”, explica la directora ejecutiva de CIPPEC. “Sobre la base de la evidencia se pueden generar espacios de diálogo en los que se jueguen los mejores intereses de todas y todos. Diálogo no significa consenso, pero por lo menos es un intercambio más genuino y basado en datos reales y estrategias concretas, que no queda en la chicana política. Estamos en un estado de emergencia total y absoluto, pero no tener un plan de desarrollo es un tsunami mucho más grande que el que nos está comiendo en este momento“.