El cuarto discurso de apertura de sesiones legislativas del presidente Mauricio Macri confirmó la tendencia que viene observándose desde 2016: resultó poco útil para evaluar la gestión de gobierno y anticipar el rumbo futuro. Duró unos 60 minutos, de manera similar a los tres anteriores. Al igual que el de 2016, la palabra más usada fue “país” (30 menciones) seguida por “argentinos” (25 veces).
Pero lo significativo pasa por otro lado. Los objetivos y metas de desarrollo volvieron a mostrar una baja calidad. Las únicas referencias realizadas fueron a dos promesas de campaña (“pobreza cero” y “lucha contra el narcotráfico”). Sólo se establecieron cinco metas concretas para 2019: “déficit cero”, “incremento de la AUH en un 46%”, “31 aeropuertos mejorados”, “1300 localidades conectadas por ARSAT”, y “90% de la población cubierta con 4G” Se incluyó una meta de largo plazo: “exportar US$ 200.000 millones en 2030”, vinculada a las metas de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la iniciativa impulsada por Naciones Unidas para dar continuidad a la agenda de desarrollo. Pero la calidad de la planificación de corto fue baja.
Además, el discurso no hizo referencia al plan de gobierno “8 objetivos y 100 iniciativas prioritarias” de 2017 ni a los ODS adoptados en 2016 en el marco de los compromisos internacionales.
El contenido del discurso no permite leer la evolución de la gestión ni la del estado de la Nación. La trazabilidad de los indicadores usados entre los discursos sigue siendo baja. Sólo se reiteran el 10,5% de los indicadores que se mostraron en aperturas previas. Por otra parte, es difícil verificar la validez de los datos presentados este viernes por el Presidente. Sólo el 54% son datos abiertos, es decir, están disponibles de forma libre para cualquier persona con acceso a internet. El otro 46% no es accesible como exige la Ley de Acceso a la Información Pública. Esto los hace poco verificables y contrastables. En consecuencia, la argumentación del discurso pierde transparencia.
Finalmente, Macri realizó muy pocas propuestas de políticas. Mientras que en su primer informe anticipó un total de 20 propuestas, en los informes posteriores fue disminuyendo (16 propuestas en 2017 y 13 en 2018) hasta llegar en 2019 a presentar sólo siete propuestas, la mayoría para ejecución del Poder Ejecutivo.
Sin hoja de ruta, con pocas cifras de calidad que sean verificables, el discurso de apertura de las sesiones legislativas, también conocido como el informe sobre el estado de la Nación, sigue siendo una herramienta de escasa utilidad para evaluar la gestión de gobierno y la marcha del estado de la Nación.