La reinserción escolar deben tender puentes entre las situaciones particulares de los alumnos y sus posibilidades

Egresados a pulmón: frente a todas las trabas, lograron el sueño de graduarse
Teresa Zolezzi
Desde una joven que se recibe del secundario en un paraje rural a más de 2000 metros de altura hasta un hombre que retomó la primaria a los 57, historias de los que eligieron no bajar los brazos
No fue fácil, pero lo consiguieron. Ni las dificultades económicas, ni la edad, ni la distancia ni los prejuicios impidieron que Silvana Ledezma, que vive en un paraje rural a más de 2000 metros de altura; Pedro Abaca, quien retomó la escuela a los 57 años, y Carolina Mattina, una joven con síndrome de Down, estudiaran y consiguieran su merecido título. Esta semana, su sueño de terminar la secundaria o la primaria se hará realidad.
Sus historias se contraponen a los alarmantes números que arrojan las estadísticas educativas. Desde la Fundación Cimientos afirman que en nuestro país 49 chicos por hora abandonan la escuela secundaria. Y según el Cippec, a pesar de que es obligatorio en la Argentina desde 2006, hay alrededor de 500.000 adolescentes que hoy no acceden al nivel secundario.
Los especialistas sostienen que las causas detrás del abandono son diversas y afectan principalmente a los sectores social y económicamente más vulnerables. A diferencia del nivel primario, en el que la cobertura es casi universal, la secundaria presenta mayores dificultades para el acceso, la permanencia y el egreso, especialmente entre los jóvenes de los hogares más pobres.
Por otro lado, existe consenso en que a la hora de hablar sobre los motivos por los cuales los chicos abandonan su escolaridad es importante identificar aquellos vinculados con la propia escuela y los que están relacionados con el contexto (por ejemplo, problemas económicos de las familias, trabajo adolescente, maternidad y paternidad jóvenes, adicciones y violencia).
Para hacer frente a estas problemáticas, desde las distintas organizaciones sociales destacan la necesidad de desarrollar estrategias específicas de acompañamiento.
Alejandra Cardini, directora del programa de Educación del Cippec, afirma: “Las políticas que buscan acompañar a jóvenes y adultos en la reinserción escolar deben tender puentes sólidos entre las situaciones particulares de las personas que se caen del sistema educativo y las posibilidades concretas de reinserción”.
Ese es precisamente uno de los pilares de trabajo de la Fundación Cimientos: el acompañamiento “uno por uno” de los alumnos. Esto se debe a que “en las poblaciones más vulnerables la ausencia de referentes dentro de la familia o de un modelo a seguir demanda estrategias más personalizadas, que fortalezcan en cada chico el sentido de posibilidad, la resignificación de la obtención del título secundario como punto de partida para tener una inserción al mundo adulto con más y mejores oportunidades”, explica Magdalena Saieg, directora de programas de la organización.
A su vez, dentro de los motivos de abandono asociados a la propia escuela, los referentes consultados subrayan la falta de sentido que los chicos -sobre todo los adolescentes- ven a su paso por las aulas.
Múltiples desafíos
Para revertir esta situación, Cardini asegura que hace falta trabajar las diferentes materias de forma interdisciplinaria, por proyectos, que interpelen e involucren a los alumnos.
“Las prácticas de enseñanza y aprendizaje deben virar hacia modelos más participativos y cooperativos, que despierten la curiosidad y el interés. Por otro lado, es importante crear equipos institucionales en las escuelas comprometidos con un proyecto en común”, profundiza.
En este sentido, Manuel Álvarez Trongé, presidente del Proyecto Educar 2050, agrega la necesidad de impulsar estrategias innovadoras acordes con los alumnos de hoy: “La enseñanza enciclopédica hace que los chicos, además de aburrirse, se embronquen. El sistema educativo pide a gritos una educación para el siglo XXI, que esté adecuada al mundo actual y a los avances tecnológicos”.
Álvarez Trongé dice que hay otros dos factores que contribuyen a la lucha contra el naufragio educativo. Uno de ellos es el liderazgo de alguien que acompañe y estimule a los chicos para ayudarlos en el camino de su educación. Muchas veces son los mismos docentes, que además de enseñar se transforman en padres, psicólogos y asistentes sociales.
El otro factor se vincula para él con la enorme voluntad de los alumnos “que ven en la escuela su salvavidas futuro. La convicción, la fuerza y las ganas de mejorar para comprometerse con su propia vida”.

Autor


Alejandra Cardini

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